2013 es el primer año después del fin del mundo. Lo hemos recibido tristes; nos hemos felicitado el Año Nuevo sin ánimo, como faltos de ambición, con la voluntad vacía propia de una conducta meramente ceremonial. Empieza un año muerto pero sin embargo estamos vivos. Al menos yo me siento así, vivo. El misterio de este contrasentido me predispone a reunir cualquier signo que nos permita descifrar el enigma: Vivimos en un año muerto.
sábado, 12 de enero de 2013
Estreno en Madrid de "La Lengua Madre".
Monólogo teatral para quienes buscan fórmulas de resistencia.
Un hipotético mundo (...) en el que las cosas, en vez de ser llamadas por su nombre, se refieran a partir de eufemismos, sería un mundo tal cual lo vemos hoy: un entorno hostil.
Silvia Hernando, en EL PAÍS, domingo 6 de enero de 2013.
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